domingo, 15 de febrero de 2015

Soneto IV

Puedo esperar a que el sopor me mate
incluso estando de pie por tu causa
y temer a la noche desalmada
aunque lejanos tus ojos me amparen.

Puedo sortear a la muerte inefable
sin el finito fuego de tu brasa
y blandir mi pluma como una espada
sin musas ni putas con sueños de aire.

Puedo mirar al demonio a la cara
y ahogarlo en la honda cuenca de unos ojos
arrancados de tu rostro de maja;

Y callar al destino con palabras
aunque la noche me encuentre llorando
por tu brisa lunar que la acompasa.

06-02-15

domingo, 1 de febrero de 2015

Reloj de pulsera...

Reloj de pulsera,
cilicio mental,
amarrado a mi muñeca.
Sutil monumento
a la verdad más noble
que la ficción del tiempo esconde.

Reloj de pulsera,
que te miro con soslayo
solamente anhelando
el final de la clase de francés,
para mi es prohibido saber,
Oh! reloj de pulsera,
perecedero oro y cuerda,
¿cómo es que deseas
con tus ciclos finitos
rondar la hora en que me muera
y alumbrar con sonoros tictacteos
el ocaso de la tierra?
¡Que soberbia!
¡Que soberbia!

23-01-15