domingo, 1 de febrero de 2015

Reloj de pulsera...

Reloj de pulsera,
cilicio mental,
amarrado a mi muñeca.
Sutil monumento
a la verdad más noble
que la ficción del tiempo esconde.

Reloj de pulsera,
que te miro con soslayo
solamente anhelando
el final de la clase de francés,
para mi es prohibido saber,
Oh! reloj de pulsera,
perecedero oro y cuerda,
¿cómo es que deseas
con tus ciclos finitos
rondar la hora en que me muera
y alumbrar con sonoros tictacteos
el ocaso de la tierra?
¡Que soberbia!
¡Que soberbia!

23-01-15

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