Mujeres Inasibles (Oda a una azafata/Oración a la princesa Isolda)

Oda a una azafata.

Un pájaro de hierro
engulló a una muchacha,
la enclaustró en un blanco convento aéreo
y la volvió azafata.
Sin extrañar su casa,
del alto cielo se volvió matriarca
y vuela en los nimbos claros y negros
mirando el infinito mar sin verlo.
¡Hállate!, grácil y bella azafata,
que no te pierda el tiempo
que el insidioso itinerario mata
con alado escarmiento.

01-03-15 
Ciudad de México

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Oración a la princesa Isolda.

Isolda sol, Isolda aurora.
Engalanas con dicha
y con estrellas blancas,
las noches y los días
jamás velados.

Isolda sol, Isolda luna.
Te miras a los ojos
que se te alzan llorosos
por los cantos de cuna
jamás cantados.

Isolda sol, Isolda bella.
Mueres por un amor.
Un amor de doncella
hacía un Tristán feroz
jamás honrado.

Isolda Sol, Isolda blanca,
que congojas espantas.
Mujer de una aurea boca,
honrosa, sabia y roja,
jamás mellada.

Isolda Sol, Isolda triste,
que con sombras revistes
tus ojos de agua espesa.
Rompiste una promesa,
jamás pactada.

Isolda Sol, Isolda diosa.
Tu frío cubre mis ojos
y alarga mis horas.
Con un desdén honroso,
siempre sufrido.

20/07/14