sábado, 25 de julio de 2015

Cosmogonía Dormida

Se arrastra bajo tu máscara
la noche de los dioses,
alimentándose de memorias,
rumiando en silencio los tiempos mejores.
Vasto panteón de cultos sangrientos
y rituales ominosos
cruelmente relegados al olvido
por la ingenua negligencia de tu gente,
te encuentro, te descubro
herido en el rio pantanoso del tiempo,
en su salmódico fluir
inerte en la abigarrada geometría de la urbe.

Al otro lado del reflejo sobre el agua
sueñas el sueño del ruido,
mueres la muerte del olvido
y lentamente te confundes con el fondo de las cosas.
De vez en vez te sacudes,
amodorrado, tu letargo milenario.
Eructas y estremeces los brazos
de la bestia de asfalto que te esconde;
tras el temblor
reanuda la sangre de tu pueblo
el ideal de progreso que te niega.

De este lado del reflejo
sobre el agua cae una hoja muerta,
perturba nuestra rostro y lo deforma,
altera su placidez de piedra formando una sonrisa,
pero nuestro espíritu impasible
esconde la gravedad de nuestro destino
tras el velo de la fantasía.

Toco el agua con mis manos
y en la quietud ya no somos
tu y yo,
la eterna dicotomía de los tontos.
Bestia , dios, hombre, urbe y tiempo
son lo mismo bajo el sol emplumado.

22/07/2015

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